A partir de hoy isocero se toma un pequeño descanso vacacional. En Julio volveré con el blog, pero de momento, pasado mañana me voy a Islandia a disfrutar, si ellas quieren, de esas aves que tanto me gustan cuando llega el otoño y el invierno por aquí, esta vez en sus zonas de cría.
Tampoco es que tenga tengo mucho que contar, el calor ibérico no llega a la costa asturiana que se ha despertado hoy soleada después de muchos días de brumas, nieblas y viento del este, viento relacionado entre otras cosas con ese mismo calor, que genera la depresión térmica peninsular, una borrasca que crea a su alrededor, en zonas costeras, un remolino de viento levógiro que aquí en la costa conocemos muy bien como nordeste.
Como se ve en el mismo mapa, Islandia está como tantas veces anclada en un corredor de borrascas subárticas. Viento, nubes, humedad y frío estival.
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