domingo, 11 de junio de 2017
Roquero rojo en Allande
Ayer volví a Allande, un concejo en el que trabajé varios años, y hacia el que guardo sensaciones encontradas. Me gustan de él, su baja densidad de población, su paisaje y su luz, su soledad, y no me gustan las miles de hectáreas que han sido y siguen siendo quemadas hasta la misma roca madre y que han hecho desaparecer algo tan valioso e irreemplazable como el mismo suelo en gran parte de las zonas altas del concejo, su cultura del fuego, como en muchos otros lugares está normalizada y acallada.
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