lunes, 31 de octubre de 2011


Cuando salimos de casa a ver aves, censar, o como queráis llamarlo, a menudo da la sensación de que por más que buscamos, no vemos nada, o al menos no tanto como nos gustaría. Pero pocas veces tenemos en cuenta que la mayor parte de lo que buscamos, ya nos ha visto a nosotros antes de que nosotros los veamos a ellos. La vista taladradora de decenas de animales, nos ha enfocado ya, antes de que nuestros torpes prismáticos les hayan encontrado.

Casi inaudibles, los reclamos de aviso, se propagan por la zona, advirtiendo a los demás de nuestra presencia. Casi invisibles, las aves se esconden para siempre.

Hay ocasiones en que hasta las mismas tejas de las casas o los muros de las fincas, nos vigilan en silencio.





2 comentarios:

  1. muy bien pillado el mochuelo tienes razon a saber cuantas veces hemos pasado cerca de la especie que buscabamos y no la hemos descubierto un saludo

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  2. Gracias Ferreiro. De este mochuelo me sorprendió que no hiciera ningún ruido, ni se moviera lo más mínimo, le que lo encontré mirándome, cuando ya estaba muy cerca de él, sin saberlo yo, lo que me dio la idea de escribir sobre ésto.
    Un saludo.

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