jueves, 6 de julio de 2017

Islandia. Golden circle. (21 y 22-6-17)

El día 21 por la tarde cogíamos la furgoneta en la que íbamos a vivir los siguientes 10 días, y con ella dar la vuelta entera a Islandia siguiendo la llamada Ring Road, desde el suroeste del país en sentido de las agujas del reloj, en un recorrido circular alrededor de toda Islandia. Además de ese trayecto, había otros lugares fuera de él a los que queríamos ir, como la península de Snaefellsness y los fiordos del noroeste.

Salimos en dirección noreste desde Reikiavik hacia los que quizá sean los enclaves geológicos más importantes del país, empezando por Thingvellir, la falla continental.

Islandia no es otra cosa que una isla creada por la emersión de la dorsal mesoatlántica, es decir los montes más altos de una enorme cordillera submarina que recorre el centro del Atlántico durante miles de kilómetros,  desde aquí la placa americana y la euroasiática se separan la una de la otra varios centímetros al año, por lo que se puede caminar directamente por esta grieta en la superficie terrestre.

Dorsal mesoatlántica atravesando Islandia. (Fuente: el planeta azul)

A la izquierda estaría América en términos geológicos, no políticos, y a la derecha Europa.
En realidad, más que una falla, es un sistema de fallas, esto era algo que como geólogo quería comprobar in situ, no solo existe esta falla, paralelas a ella, en esa zona pueden verse más fallas del mismo tipo, menos accesibles a la gente eso sí.

Este tipo de fallas se llaman "graben", dos bloques a los lados, llamados "horst" se separan (placas americana y europea en este caso), y el que queda entre los dos se hunde al perder el apoyo lateral.

Gráfico tomado de "Precision Graphics"
Caminar por esa zona hundida es una gran experiencia.

En algunas zonas el agua se introduce en el graben y forma lagos, uno de ellos (Silfra" es conocido porque en el se puede hacer submarinismo en un agua increíblemente transparente entre dos continentes.

Silfra (falla de Thingvellir)
También se veían coladas de lava almohadillada.


En esas lagunas, había familias de ánsar común, charrán ártico, una serreta mediana y el primer falaropo picofino del viaje, ya nos dábamos cuenta de lo confiados que suelen ser los pajaros aquí.

Ánsar común
Desde allí nos fuimos a la zona geotermal del geiser Strokkur y Geisyr, al estar cerca de la falla continental el calor de las zonas profundas de la Tierra suben aquí por fisuras en la roca hasta llegar muy cerca de la superficie, este calor hace que el agua aumente mucho de temperatura y presión, es por eso que emerge de la tierra a presión suficiente para crear géiseres que se elevan muchos metros y que además en el caso del Strokkur son bastante regulares en sus erupciones, más o menos cada 10 minutos se producía una.

Agua termal en la zona de Strokkur.

Geiser Strokkur "relajado"

Geiser Strokkur en "erupción"
 El agua del pequeño crater empieza a hincharse como en una burbuja, y de repente se oye un sonido de respiración de ballena gigante y una columna de agua se eleva muchos metros.

Al lado algunas lagunas como ésta tenían un color azul de "otro mundo"



Después del géiser, seguimos rumbo noreste para ver la cascada de Gullfoss, una gran masa de agua que se precipita por una garganta en dos escalones perpendiculares. De todas las cascadas que vimos en Islandia esta es quizá la más impresionante. Había visto fotos de este sitio, pero el tamaño y el ruido, hacen que sea totalmente diferente.

Cascada de Gullfoss
La próxima entrada, la península de Snaefellsness, dónde las aves empezaban a cobrar mucho protagonismo...

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