viernes, 23 de noviembre de 2012

Bosque de Valgrande

Ayer jueves nos fuimos a dar un paseo. Como no teníamos mucho tiempo elegimos una ruta cercana, que discurre por uno de los bosques más accesibles y próximos al centro de Asturias. El bosque de Valgrande, en Lena. Es relativamente grande, con unas 3000 hectáreas y tiene algunos rincones muy bonitos. Se atraviesan varios torrentes, y al final de la ruta, la senda acompaña al río Valgrande muy cerca de su nacimiento.

Ya con la mayor parte de la hoja caída, el bosque se va quedando desnudo, preparado para el invierno.

El viento de Sur era bastante fuerte y los pájaros estaban muy esquivos, solo algunos grupos de Zorzal alirrojo y páridos, entre los que vimos un Carbonero palustre nos salieron al encuentro. No importa, hay que  desconectar de vez en cuando.

Nunca había intentado la fotografíar torrentes, cascadas o saltos de agua, y en un lugar como éste donde se salvan unos cuantos, podría ser una buena primera vez.






Los bosques constituyen el ecosistema climácico, de la mayor parte de Europa, es decir, el resultado de dejar a la Naturaleza hacer lo quiere durante el tiempo suficiente, en la mayor parte del territorio europeo. Un sistema perfectamente autorregulado si no tiene influencias externas.

Solo hace falta pararse 5 minutos dentro de un bosque maduro para darse cuenta de que la naturaleza lo hace bien por sí sola, lo ha hecho bien millones de años; pero solo hace falta caminar 5 minutos más para ver que somos demasiadas personas viviendo en un lugar demasiado pequeño para que haya sitio para todos.
Los bosques de Asturias, aunque creciendo en general, son pequeñas manchas verdes en un mundo de brezales, eucaliptos y prados de siega.


El bosque de Valgrande es el ejemplo perfecto, está situado entre tres de las mayores vías de comunicación asturiana; la autopista del Huerna y el puerto de Pajares, y ahora también el tren de alta velocidad, y aún así conserva cierto aire "salvaje" aunque haya perdido sus urogallos y casi todos sus osos.

Bosque de Valgrande (22-11-12)
A pesar de todo somos muchos los que necesitamos ver cosas así de vez en cuando.




5 comentarios:

  1. Pues será la primera vez que te pones pero te han quedado bien guapas las fotos del arroyo¡¡

    Un saludo Jorge¡¡
    Pablo

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  2. Estar metido en un hayedo es una de las sensaciones más alucinantes que uno puede vivir en la naturaleza, es increíble como te rodea el silencio. Para mí siempre ha sido un bosque de cuento. Bonitos tonos que pronto se perderán...buenas fotos Jorge, dan sensación de naturaleza virgen. Un saludo

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  3. Los bosques cántabros escondidos en las montañas son encantadores. Me quedo ensimismado viendo imagenes como las tuyas...

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  4. Hola Jorge
    Será la primera vez, pero se nota el dominio que tienes en cuanto a fotografía, así como en aves, meteorología... jajja tocas todos los palos!!

    Siempre que paso para la Meseta me fijo en esa vertiente y en la cantidad de bichos que tienen que pulular por allí hasta que se topan con la autopista...

    un saludo!!

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  5. Vaya lujo de fotos.
    Este hayedo llegó a tener nada menos que 30 km2 a principios de siglo, antes de que lo perforasen todas las infraestructuras que cuentas, debía ser grandioso.

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