Solo hace falta darse una vuelta por el monte para ver que la primavera está en su apogeo. Aparecen muchas flores y mariposas, como las abundantes Celastrina argiolus de tenues manchas negras en el reverso de las alas.
En el mismo bebedero había dos ejemplares de una especie más difícil de localizar, Glaucopsyche melanops.
Otra especie bastante escasa es Nymphalis antiopa, había un ejemplar, y dos de Nymphalis polychloros, estas últimas ya muy voladas del año pasado.
Nymphalis antiopa
Nymphalis polychloros
Aglais urticae, Issoria lathonia siempre abundante en primavera en la cordillera.
Y para terminar, el único hespérido que conseguí ver, un Carcharodus alceae.
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