La niebla ha sido casi continua durante los últimos días en la costa de Gozón, en Peñas, un Escribano nival come pequeñas semillas, está mucho más adaptado al frío y al viento que yo, y al ir cayendo la tarde, va ahuencando el plumaje, convirtiéndose poco a poco en una pequeña bola.
Poco antes en la bocana de la ría de Avilés, bajo un sol que calienta, dos bisbitas costeros y tres correlimos oscuros están entretenidos buscando pequeño invertebrados, los correlimos los cojo a contraluz y los bisbitas a la sombra de los enormes bloques cúbicos del espigón.
Parece mentira que sea el mismo día, dos localidades separadas unos 10 kilómetros, y que las condiciones sean tan diferentes, sol y calor en uno y niebla, viento y frío en otro.
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